Estimado Sr. Rawson:

Los fotos originales, color sepia tomadas a Paul Lassere ese día fueron dos, y están en poder de François Lasserre. Las publicó la investigadora francesa Christiane Bricheteau ("Généalogie d'un mythe ou La famille toulousaine de Carlos Gardel", 2004; "Carlos Gardel, fils de Toulouse: vérite et preuve en images", 2010).

El regreso de madre e hijo a Francia en 1900 es una posibilidad que explicaría cómo llegó esa foto a manos de Berta. Ella confesó dicho viaje al Sr. Floreal Fernández Raja, redactor de la popular revistas “Sintonía”, (23 de junio de 1938). En la nota incluso se detalla cómo se acercaron hasta la iglesia de Laubade, en las proximidades de Toulouse, donde el pequeño Charles, de diez años, se postró ante la virgen protectora del lugar.

La gran investigadora Ana Turón me dijo estar segura que Berta había repetido la misma anécdota en una entrevista anterior, en 1936. Me prometió revisar su amplia colección de libros y revistas para hacerme llegar una copia. (1)

Es totalmente improbable que Berta hubiese perdido todo contacto que Lasserre y su familia, y que aún así alguien le haya hecho llegar una foto por correo, tantas décadas después, como Usted sugiere. ¿Quién se la envió? ¿Cuál fue el motivo? Si fuera así, indicaría la permanencia y contacto de Berta con Lasserre, tal como sugiere Bricheteau en sus diferentes libros.

La foto original fue adulterada, al pasarla de la placa cabinet a una foto-óleo que se exhibió en la casa de Jean Juares en 1936. Este proceso de foto-óleo se hizo popular en Argentina hacia mediados de la década del '30. Servía para colorear, realzar los rasgos, y sobretodo el nivel social del fotografiado (era una especie de Photoshop de la época). Sin embargo, en la manipulación de Lassere ocurre todo lo contrario a lo habitual: su precioso traje, de moda parisina, de principios de siglo, y su corbata con prendedor de oro, desaparecen bajo una asquerosa mancha blanca y negra. Sus corpulentos hombros anchos síntomas de buena salud, son anulados y rebajados. Su regordeta y vívida piel, es palidecida en exceso dándole un aspecto enfermizo. Asimismo, ennegrecieron sus rubios cabellos y sus ojos azules, cuando la tendencia usual hubiese indicado resaltarlos. También su lacia cabellera, coquetamente peinada con peine de diente fino, se convierte en un corte rapado que termina en un pico "V" en el centro de la frente, similar al de Charles. Este corte jamás se lo hubiese hecho un adulto europeo de esa época, pues la semi calvicie era la moda entre los párvulos en edad escolar, para evitar que se contagiaran piojos.

Como vemos, se trata de una adulteración "inusual". Los motivos de esa adulteración es imposible saberlos hoy. Tan sólo podemos especular. Bien pudieron ser cambios destinados a mejorar la foto, pero terminó siendo una chapuza: hicieron al fotografiado más joven y al mismo tiempo más pobre, más demacrado y menos corpulento.

Bien se hicieron para disimular que era el rostro de Paul Lasserre: tengamos en cuenta que Berta le llama Paul Gardes y afirma que falleció en 1891, cuando en realidad Lasserre vivió hasta 1921. Tal vez Defino tuviese miedo que la familia paterna reclamara parte de la herencia gardeliana.

O también cabe la posibilidad que Berta y Defino crearan un padre falso, el inexistente Paul Gardes, que nunca habría podido reclamar herencia alguna. En los '60, cuando todos ya se habían olvidado del asunto, Avlis comenzó con sus investigaciones, y la viuda de Defino se vio obligada a admitir que se trataba en realidad de una foto de Paul Lasserre y a organizar a un grupo de acólitos (Guibourg, Li Causi, Zinelli) para que contaran una serie de anécdotas comunes que dieran veracidad a la historia y relacionaran a Berta y Carlos con Lasserre.

Como vemos, la manipulación de la foto puede ser una inocentada, un trabajo fotográfico mal hecho, o quizás oculte algo mucho más grave. Lo desconocemos.

Pero afortunadamente una prueba genética entre François y los restos de Gardel, despejarán cualquier especulación al respecto y nos darán una respuesta concreta, por eso carece de sentido debatir al respecto, pero sí hay que resaltar la necesidad de saber quién fue realmente el papá de Carlos Gardel y de concretar una prueba de ADN.

Como es el ADN el que terminará con todas estas estériles especulaciones, prefiero mantener mi web alejada de todos estos debates, y dedicar mis trabajos a analizar la obra de Gardel, que es lo que de verdad perdurará en el tiempo.

Dicho lo cual, reconozco que una base científica que determine la verdadera historia de Gardel (y esto incluye el saber quién fue de verdad su papá, y cómo influyó en su vida y en su formación como artista) ayudará también a entender mejor su personalidad, sus canciones y sus películas, y quizás nos ofrezca nuevas lecturas.

El futuro lo dirá.

Un saludo cordial,
Marcelo O. Martínez
www.gardel.es

Nota:
Berta llevaba contabilizados todos sus viajes atravesando el océano Atlántico y llegó a la cifra de catorce (diario Crítica, domingo 21 de julio de 1935). Hay confirmados once viajes:

1) 1875 Francia – Venezuela

2) 1882 Venezuela – Francia

3) 1893 Francia - Buenos Aires

4) 1921 Buenos Aires - Francia

5) 1924 desde Burdeos, Francia - Arribo a Buenos Aires: 27 de febrero

6) 1926 Buenos Aires - Francia

7) 1927 desde Burdeos, Francia - Arribo a Buenos Aires: 8 de marzo

8) 1928 Buenos Aires - Francia

9) 1929 desde Burdeos, Francia - Arribo a Buenos Aires: 11 de agosto

10) 1933 Buenos Aires - Francia

11) 1935 Ultimo viaje desde Marsella, Francia - Arribo a Buenos Aires: 12 de agosto

En el libro "Archivo Gardel", pag. 24, Usted contabiliza siete viajes de Berta a Toulouse, entre 1923 y 1934.

En una oportunidad, al consultarle sobre este punto, Usted me dijo desconocer cuáles podían ser esos viajes que faltan hasta sumar 14 (7 idas y 7 vueltas). Añado que tal vez, uno de ellos, podría ser el que realizó en 1900.