NUEVA CARTA DE MARCELO MARTINEZ

Estimado Sr. Rawson:

Gracias por escribirme y por dedicar en su web unas breves referencias a mi investigación. Eso, ya de por sí, es un buen síntoma.

Si fomenta el sano debate, también es un buen síntoma.

Abrigamos una multitud de prejuicios sin decidirnos a dudar, alguna vez, de todas las cosas en que encontremos la menor sospecha de incertidumbre.

Confieso que inicié mi investigación convencido que el mito de Gardel en Ushuaia era eso: un simple mito. Así lo creen la mayoría de los gardelianos, y así lo creía yo también. En este sentido, mi pasado me esculpa, pues el Sr. Esteban se ha encargado de transcribir y difundir mis "opiniones" (resalto: opiniones) que expresé en tal sentido en 2010 en un foro (cuando aún podía opinar en él).

Lo cierto es que nadie puede afirmar conocer día a día la vida de Gardel entre 1905 y 1910, porque ni siquiera Berta Gardes fue capaz de dar datos valederos y reconstruir qué ocurrió en esos años. Prefirió decir que lo creía muerto en esa fecha. Armando Defino para justificar ese vacío imaginó una estadía de un lustro entero en Montevideo, que nadie da por cierta. Incluso una biografía tan portentosa como la que escribieron los señores Julián y Osvaldo Barsky (Taurus, 2004), en sus casi mil páginas, ninguna detalla los pasos de Gardel entre 1905 y 1910.

Por este motivo tampoco pretendo decir GARDEL ESTUVO PRESO. Nadie es dueño de la verdad, que es libre y muy escurridiza. Pero sí puedo afirmar, sin temor a equivocarme, que al reunir todos los datos y testimonios a cerca del encierro de Gardel en Ushuaia, las piezas del puzzle encastran con tal coherencia que resulta increíble que se trate de simples coincidencias, caprichos del azar. Por lo que la investigación merece el esfuerzo.

Si los prontuarios revelan que fue de niño un pícaro que robaba fruta en los mercados, o un estafador de poca monta a través del "cuento del tío", bien pudo terminar en la cruel cárcel de esclavos del Sur, auténtico Gulag, campo de trabajo, de castigo de criminales, encierro de políticos, de obreros, de niños, de poetas y locos.... ¡Cuánto más valor cobra entonces la conducta del gran Carlitos, como hombre de bien, COMO UN SER HUMANO EXCEPCIONAL que fue hasta el día de su prematura muerte a pesar de los duras experiencias del pasado! De la derrota de las debilidades nace la mayor fortaleza. De ello dan fe quienes han sobrevivido al horror de los presidios y los campos de concentración, personajes de la talla de Fiódor Dostoyevki, Aleksandr Solzhenitsyn, Simon Wiesenthal, Nelson Mandela, Miguel de Cervantes Saavedra… El propio Jesús de Nazareth fue acusado, condenado y crucificado junto a dos presos a los que les prometió el paraíso. Su figura martirizada es evocada en la canción "Al pie de la Santa Cruz".

Justamente, al estudiar el origen de la letra de "Al pie de la Santa Cruz" me surgió la necesidad de indagar sobre la posible condena –entre mediados de 1906 y febrero de 1907–.

Existen múltiples testimonios coincidentes que provienen de personajes relevantes para el caso (comisarios, religiosos, guardicárceles, policías, militares, periodistas…). Ellos nunca tuvieron contacto entre sí, y son personas de tal prestigio, actuando sin ningún interés personal, que ninguna sombra de duda se les puede achacar.

La postal del 21 febrero de 1907 que presentó el Teniente Villanova, firmada por Gardel y por siete comprobados presos (con nombres y apellidos) prueba que en ningún momento se está confundiendo al cantor con otra persona llamada igual. Al superponer tal firma a otras de Gardel (por ejemplo a la del expediente de 1915 o a la cédula de identidad de 1923) coinciden perfectamente.

Usted puso en duda que Villanova haya existido ("Disparen sobre Gardel", págs. 105 a 114) pero lo cierto es que teniente Eduardo Villanova (padre) fue un militar de ascendente carrera que culminaría siendo edecán de Hipólito Yrigoyen. Estaba casado con Sara Passos, familiar de Juan José Passo, prócer de la independencia argentina.

Todos y cada uno de los detalles relatados por Villanova son ciertos, según he podido verificar. Surgen de dos entrevista que el payador Tabaré De Paula y el periodista Blas Matamoro realizaron a Villanova hijo en 1969 y 1971, que a la sazón ostentaba el grado de Teniente Coronel, y era Jefe del Servicio de Enrolamientos Militares Argentino.

También lo corroboró el periodista Javier Perpignan, al entrevistar a Jorge Passo, familiar de los Villanova.

Por tanto, todos eran personas con un alto sentido de la responsabilidad y el honor que jamás hubiesen tolerado que se pusiera en su boca palabras diferentes a las que ellos contaron. Queda descartado que todo fuera invento de los periodistas citados. Descartado por completo.

El reencuentro con Gardel se habría producido veintiséis años más tarde, en los camerinos del Cine Teatro 25 de Mayo, calle Triunvirato 4440. Villanova estaba ya en lo más alto de su carrera, y su hijo que entonces tenía 12 años, fue testigo de la charla. Pese a los esfuerzos por documentar la existencia de tales recitales en Villa Urquiza, poco y nada se sabía al respecto, hasta que por fin, en 2008, un vecino de la localidad, Oscar Traviesas, presentó un anuncio de 1933 con los shows ofrecidos los días 9 y 10 de septiembre, resultando ser las últimas presentaciones del Zorzal por los barrios porteños. Es por tanto un nuevo hecho que se ha podido constatar casi 40 años después del relato de los Villanova, y que contribuye a fortalecer la veracidad global del mismo.

En mi extensa nota doy otros testimonios coincidentes, pero repaso aquí algunos nombres: R.P. Dr. Raúl Agustín Entraigas, destacado alto prelado, con sangre francesa y Tehuelche, que desarrolló una intensa labor ecuménica durante décadas en la tierra natal. Es autor del himno oficial de Río Negro, y "Embajador Universal de la Patagonia". Declaró en 1960 que él y sus compañeros salesianos del penal sabían que Gardel había estado prisionero allí y monseñor Giannantonio lo consideraba el mejor de todos sus presos.

Rosendo Fraga publicó en 1995 que Carlitos fue condenado a dos años de prisión y trasladado al sur, reduciéndose su estadía por buena conducta; retornó a Buenos Aires a comienzos de 1907 e inició entonces su exitosa carrera artística. Coinciden las fechas con el testimonio de Villanova. Fraga tenía una fuente privilegiada: su propio padre, el Coronel Rosendo Fraga, quien era Jefe de la Policía de Capital en el mismo momento que ocurrió la detención de Villanova y –supuestamente– la de Carlitos.

El periodista Blas Matamoro en 1956 recogió versiones coincidentes de parte del ex-comisario del Abasto, Domingo Tiola y las publicó en su libro "Carlos Gardel", en 1971.

A fines de los '60, Osvaldo Bayer –mientras estaba en el sur documentándose para su libro "Los vengadores de la Patagonia trágica" y posterior película "La Patagonia rebelde"–, halló por mera casualidad una serie de registros de principios de siglo asentando el traslado de Carlos Gardel junto a varios presos políticos (seguramente Villanova y sus compañeros) durante una escala que el barco (vapor SS Chaco) hizo en Río Gallegos.

Carlos Pedro Vairo, actual director de la cárcel-museo de Ushuaia, autor de los libros más completos sobre el presidio, fue recogiendo diferentes revelaciones de viejos pobladores. Encontró que los testimonios eran múltiples. Así se lo certificaron, entre otros, Manuel Buezas, ex director de la cárcel de Devoto, cuyo padre ejerció de guardiacárcel en aquel lugar a principios del XX. Los Buezas eran oriundos de Cataluña. Abrieron un bar sobre calle San Martín 393, bautizado "Ideal", que hoy sigue funcionando y es el más antiguo de Ushuaia.

También menciona Vairo el testimonio de los familiares chubutenses del Villa-Lobos, arreglador musical de Gardel.

Esta es una pequeña gran muestra, que se podría ampliar más. Sin duda habría más gente que conocía la historia, pero que nunca se animó a hablar, por miedo, por respeto, por vergüenza a reconocer que un familiar suyo estuvo en prisión, etc. Una de las virtudes de publicar estos debates es que puedan aparecer más pruebas y más gente que se anime a aportar su testimonio. Me han dicho, p.e., que Ricardo Ostuni entrevistó a otros antiguos vecinos ushuaienses.

Debemos tener encueta otros datos de la mayor relevancia:

a) la época de detención de Gardel coincide, como hemos dicho, con un "agujero negro" en su biografía.

b) que a partir de esa fecha Gardel intentó por todos los medios modificar su identidad, cambiando continuamente de apellido, de año de nacimiento, padres, nacionalidad, etc. buscando borrar su pasado, cosa que logró en 1920 creando un personaje jurídico ficticio. Ello es incompatible con la teoría oficial de que se peleó con Berta en 1905 y por eso se perdió su rastro. ¿Es posible que se hayan borrado todos sus pasos durante cinco años completos? ¿Para qué quería ocultar su identidad a partir del año 1907? ¿Porqué daba edades y nombres distintos? ¿Porqué eludía ser preciso en sus declaraciones sobre tiempos remotos?

c) que Gardel tenía antecedentes penales por robos reiterados, algo que está confirmado por el comisario del Abasto Domingo Tiola, por sus amigos Edmundo Guibourg, Juan José de Soiza Reilly y muchos más. También aparece sindicado como estafador por medio del Cuento del Tío, con el alias de "El Pive Carlitos", en el recientemente hallado prontuario de 1915. Como dijo el historiador Arnoldo Caclini: "gracias a una libre interpretación de las leyes, cualquiera podía terminar en Ushuaia, por el robo de un paraguas o una gallina".

En la revista "Todo es Historia", número 329 de diciembre de 1994, página 91, el gran historiador Gerardo Bra confirma que: «Hemos visto en diarios de la época sentencias de tal carácter por robos reiterados; en consecuencia, se le debe prestar atención a un tal Carlos Garderes (prontuario de identificación N° 15.861, expediente 55.233) que algunos relacionan con el famoso cantor.»

Gerardo Bra dudaba que Gardel hubiese estado preso, pero recogió un dato clave, pues resulta que en un minúsculo fragmento filtrado hace pocos meses por el Sr. Esteban, del inédito prontuario policial de Gardel, revela una nota anexa fechada el 31 de enero de 1913, a nombre de "Carlos Gardes, francés, 22 años" (la edad corresponde a Charles Romuald Gardes). A continuación el informe añade: "existiendo con [el] nombre de GARDERES el pront[uario] a15861 [sección] C.A."

Vale decir que el expediente de Carlos Gardes de 1913 está vinculado con el de Carlos GARDERES. Coincide nombre, pseudónimo, edad, firma.… y comparten el mismo número de expediente. ¡Imposible que sea casualidad!

Y hay algo más: observando la foto de la portada del expediente de 1913 –publicada por Usted en la revista Gente, en 1977–, en el margen inferior izquierdo hay un número "tapado" con un pequeño rectángulo azul. Al ampliarlo se logra ver la cifra final: 2-3-3. Es el expediente: 55.233, o sea el mismo que correspondería al detenido en Ushuaia.

El prontuario de 1913 jamás se ha publicado íntegro, y nunca pudo ser analizado por los estudiosos del tema.

La aparición de nueva información suele modificar todo o parte de lo que se había investigado anteriormente. En historia muy pocas cosas son inamovibles.

Puede ser que Gardel jamás haya estado preso, o puede que sí.

Otro asunto es que sintamos que traicionamos a Gardel si revelamos esto último.

Es un dilema, pero en el fondo subyace una especie de clasismo, o racismo de ciertas personas, que asocian al preso, al "chorro", con todo lo negativo. Eso nada tiene que ver con la labor del investigador que nunca debe emitir juicios sobre los actos que investiga, sino ceñirse a los hechos con la mayor objetividad posible.

Saludos cordiales,

Marcelo O. Martínez
www.gardel.es